sábado, 16 de marzo de 2013

SISTEMA NEUROVEGETATIVO UTÓNOMO



Este sistema, llamado también Nervioso Periférico o Autónomo, está constituido por los nervios vegetativos, que son los que nos permiten realizar funciones automáticas; es decir, aquellas que no están sujetas a nuestra voluntad y que controlan nuestros órganos y sistemas vitales.
El sistema nervioso vegetativo actúa por dos grandes vías: la simpática y la parasimpática, que tienen acciones antagónicas u opuestas:

Sistema Nervioso Simpático, Ortosimpático o del Gran Simpático: está constituido por una doble cadena de ganglios nerviosos que se encuentran a ambos lados de la columna vertebral y que son cúmulos neuronales distribuidos de la siguiente forma: tres cervicales, diez o doce dorsales, cuatro lumbares y cuatro sacros. De estos ganglios simpáticos parten fibras que llegan a los distintos órganos, sobre los que ejercen su función, que consiste en estimular.
Este sistema no es independiente, ya que desde el bulbo y la médula espinal parten las fibras que lo controlan.

Sistema Nervioso Parasimpático: sus centros están ubicados a nivel encefálico y en el plexo sacro en la médula espinal; sus fibras se reparten aprovechando el trayecto de algunos nervios craneales (los de origen encefálico) y el del nervio pélvico (las de origen sacro). De esta manera, las fibras que inervan las glándulas salivales (regulando su secreción) circulan con el nervio facial; numerosas fibras parasimpáticas se unen al neumogástrico, separándose del mismo en la medida que van llegando a los órganos que enervan: corazón, bronquios, estómago, hígado, etcétera.
Los sistemas nerviosos del gran simpático y del parasimpático son antagónicos. La distinción entre ambos no es solamente anatómica, sino también funcional, puesto que los dos están presentes en cada uno de los órganos, ejerciendo una función estimuladora (vía simpática) o inhibidora (vía parasimpática).
Este procedimiento de trabajo a dúo es químico, y se realiza por medio de neurotransmisores, que son los que llevan los estímulos desde y hacia los músculos.
La acción parasimpática depende de la acetilcolina y las fibras nerviosas involucradas reciben el nombre de colinérgicas. En el sistema simpático interviene la adrenalina y las fibras son las adrenérgicas.
Para que quede más claro este trabajo en equipo, un ejemplo: en el corazón, la vía simpática estimula el impulso cardíaco y la parasimpática lo frena, controlando el ritmo de los latidos. En una persona de salud normal existe un perfecto equilibrio entre ambos sistemas.
Sistema nervioso simpático. Los estudios indican que algunas personas con hipertensión esencial pueden heredar las anormalidades del sistema nervioso simpático, que es la parte del sistema nervioso autonómico que controla el ritmo cardíaco, la presión arterial y el diámetro de los vasos sanguíneos.

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